Es
falso que la minería y la agricultura no puedan coexistir. Las ONGs antimineras
y los intereses particulares de algunos políticos locales han creado un mito al
respecto satanizando la minería para dar a entender a la comunidad como que no
fuera posible dar paso a la agricultura en sus alrededores. Nada más falso. La
minería peruana es la principal promotora de las posibilidades agrícolas
locales, es justamente la que contribuye con la tecnología para el mejoramiento
ganadero y agrícola industrial de los alrededores, elevando la productividad de
la hectárea y asistiendo técnicamente con la mejora y cuidado de las especies
para obtener una mayor rentabilidad para los productores. Gracias a las minas
en muchos lugares se puede almacenar agua ya que se ha realizado estudios para
el debido represamiento de cuencas generando
lagunas artificiales para retener el agua, incluso emulando los sistemas de
amunas para retener agua en la napa freática local.
Como
sabemos en muchos lugares de nuestra sierra existe agua en grandes cantidades
en particular en épocas de avenida, pero no puede ser aprovechada porque
justamente no tienen como retenerla, no es que no lo hayan intentado, de hecho en
muchos lugares las comunidades han construido cerramientos precarios para
retenerla pero se han desvanecido con la primera avenida fuerte de lluvia consistente
perdiendo toda la retención lograda. Ahí es donde la minería ha contribuido
eficientemente para ayudar en la construcción de diques seguros y robustos
pensados hidrogeológicamente para obtener la mayor retención posible de manera
que en la época seca o de estiaje de manera que puedan obtener agua con la cual
mantener su agricultura activa y floreciente que permita el desarrollo integral
de las comunidades en el entorno de las minas.
El
agua es la bandera de las comunidades, pero el agua también es la bandera de la
minería responsable a nivel nacional. Desde hace más de una década las minas
formales son conscientes de la enorme necesidad y preocupación por el agua que
surge de todas las partes interesadas. En ese sentido los diseños actuales de
mina contemplan un balance de agua favorable para el entorno de las comunidades
donde van a operar los actuales proyectos. La ingeniería de nuestro tiempo
permite utilizar técnicas que minimicen desde el diseño el consumo de agua para
fines mineros y asegura que los efluentes puedan tratarse para generar agua
fresca que pueda ser reutilizada en las operaciones. Las minas trabajan con
programas de retención de agua fresca para las Comunidades, así como programas
específicos de manejo y gestión de aguas neutras para derivarlas al entorno de
manera que pueda ser aprovechada eficientemente en los alrededores. Existe hoy
una cultura compartida de uso racional del agua que facilita que potencia el
matrimonio entre minería y agricultura en los lugares donde las minas operan.
La
minería responsable y formal es la que contribuye con el desarrollo de las
Comunidades y articula la presencia de un Estado que muchas veces es ausente en
la realidad cotidiana de los pueblos. Se requiere un mayor esfuerzo por lograr transferir
tecnología que permita desarrollar polos de desarrollo en los lugares donde las
minas operan obteniendo bienestar y progreso en los alrededores. Es necesario
diferenciarse claramente de la contaminante e irresponsable minería informal
que tanto daño le hace a nuestro Perú, no paga impuestos y no genera trabajo
destruyendo todo a su paso por su bienestar empresarial de corto plazo. La mina
formal en cambio no es así. La minería formal incorpora tecnología y protección
ambiental que genera trabajo digno y activa la rueda de la producción generando
hasta 8 puestos de trabajo indirectos por cada puesto de trabajo directo y formal en las
minas. La minería formal genera contribución social directa en las poblaciones
y aporta importantes impuestos que son transferidos como canon minero a los
gobiernos locales y regionales para su desarrollo. Las minas formales
contribuyen con la tecnología que se transfiere y son el principal promotor que
contribuye a articular proyectos de carácter productivo que las Comunidades necesitan
para desarrollarse y progresar con el mayor bienestar posible. La minería formal
es una oportunidad que las poblaciones deben aprovechar para su desarrollo de manera real y sustentable. Es
nuestra oportunidad ahora!!!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario