domingo, 27 de septiembre de 2015

Competitividad de las Cadenas de Suministro

El cambio en los mercados nos ha dejado un nuevo tipo de cliente. El nuevo Cliente ya no compra más productos ni servicios, ahora compra directamente soluciones y experiencias integrales, soluciones que resuelvan sus problemas y experiencias que superen sus expectativas agregando valor y eso no puede lograrse con la participación de las empresas tradicionales, se requiere un nuevo tipo de estructura en la oferta: Se requiere la participación de verdaderas cadenas de suministro. Estas nuevas cadenas son las que marcan la oferta para el nuevo cliente en este nuevo contexto de mercado.

La competencia del mercado paso de ser una competencia entre empresas individuales a convertirse en una competencia entre cadenas de suministro. El problema de la gran mayoría de los empresarios es que la velocidad del cambio no los ha dejado reaccionar a tiempo y solo los que innovaron en el modelo de negocio han podido alcanzar un cambio competitivo. El empresario tradicional no ha aprendido a reconocerse como parte de una cadena de suministro y por lo tanto aún miran a sus proveedores y facilitadores como organizaciones ajenas a su modelo de negocio y se relacionan con ellos bajo los tradicionales contratos basados en las tarifas, mientras que por otro lado los empresarios innovadores han aprendido a reconocer en que cadena de suministro compiten y han generado nuevas relaciones de largo plazo con los integrantes de la cadena de manera que puedan fortalecerlos, hacer acuerdos de alianza basados en la productividad y compartir información e incluso al extremo de integrarse para configurar una cadena ampliada de suministro que pueda competir exitosamente en el mercado.

La nueva forma de ver los contratos marca también una diferencia importante. El modelo de contratos tradicionales basado en las tarifas tiene un componente perverso inherente que en el tiempo busca lograr tarifas más baratas bajo una enorme presión de reducir los costos de las tarifas para lograr competitividad. El problema es que los proveedores y contratistas responden bajando las tarifas pero a costa de sacrificar calidad o costo laboral afectando directamente al producto, al servicio y a sus propios colaboradores en un sistema que los lleva a reciclarse o desaparecer del contexto empresarial. La nueva forma de ver las cosas es el desarrollo de contratos basados en la productividad donde se establecen productividades mínimas aceptables bajo condiciones normales de operación que establecen compartir los beneficios que se logran por cada punto de rentabilidad adicional al mínimo logrado. Esto permite que el proveedor y contratista se conviertan en socios estratégicos y componentes clave de la cadena de suministro que buscan ser racionalmente competitivos buscando su mejor eficiencia y eficacia para lograr incrementar la productividad superando los mínimos establecidos y logrando ganancias adicionales que benefician a toda la cadena y fortalecen sus márgenes a la vez que la racionalización permite eficiencias que se traducen en menores precio s para el cliente final de la cadena de suministro ampliada.  

Este nuevo contexto permite lograr una nueva competitividad a las Cadenas de Suministro, eliminando toda la intermediación innecesaria, fomentando la especialización y el outsourcing especializado donde sea aplicable y concentrándose en la generación de valor por medio de las nuevas sociedades y relaciones de largo plazo entre los miembros de la cadena para lograr un menor precio para el Cliente final manteniendo o incrementando a la vez los márgenes que la cadena competitiva puede lograr.