La
seguridad Contra-Incendios constituye una actividad altamente especializada que
requiere una fuerte dosis de planeamiento técnico de ingeniería de seguridad
combinada con el uso de recurso humano altamente calificado, entrenado y
experimentado que ha sido evaluado física, psicológica y técnicamente para
manejar y tomar acción bajo condiciones extremas de emergencia con fuego que
puedan presentarse.
Como
sabemos, un incendio se produce cuando se combinan los distintos componentes
del fuego para generar una reacción en cadena a partir de la combinación apropiada
entre un material inflamable o combustible, el calor y la presencia del oxígeno.
Estos componentes del fuego son los que producen una secuencia de reacciones químicas
de oxidación-reducción que consecuentemente liberan calor y luz, sosteniendo su
actividad mediante la reacción continua de los componentes en tanto se
mantengan presentes y no se agoten.
El
primer componente es el calor, el mismo que es una función directa de la
temperatura, a mayor temperatura mayor calor y viceversa en una relación
directamente proporcional que puede volverse peligrosa en tanto se exponga a
ambientes con altos contenido de humedad. Como sabemos en ambientes con altas
humedades relativas se generan condiciones altamente peligrosas frente a las temperaturas
altas y en oposición los ambientes son más seguros frente a las bajas temperaturas
en condiciones de baja humedad relativa. El calor puede originarse por diversas
fuentes que van desde materiales calientes que generan simpatía hasta la acción
solar con la presencia de arcos y chispas furtivas que puedan iniciarlo.
La
transmisión de calor puede darse por convencionalmente conducción, convección o
radiación. La Conducción se presenta por contacto directo entre dos cuerpos
donde el calor se transmite siempre de la parte más caliente a la más fría
cumpliendo perfectamente con las leyes de la termodinámica. La Convección en
cambio es la transferencia de calor a través del flujo y circulación del aire
del ambiente que permite transferir el calor calentando los objetos en su
camino. Finalmente tenemos el tema de la transmisión de calor por radiación que
se da cuando el calor se transmite a través de ondas electromagnéticas.
El
segundo componente es el material inflamable o combustible que sustenta activamente
el fuego (la diferencia entre inflamable y combustible se encuentra en la
temperatura a partir de la cual empiezan
a desprender vapores siendo inflamables si inician el desprendimiento de
vapores a temperaturas menores a 38 grados centígrados y combustibles en el
caso contrario). El material inflamable o combustible es la fuente de
alimentación para la reacción en cadena y requieren ser revisados periódicamente
para prevenir la ocurrencia de un incendio o cualquier evento de trascendencia
para la seguridad humana y de las instalaciones.
El
tercer componente es el oxígeno que normalmente es tomado del aire del ambiente
donde se produce el incendio, aire que en condiciones normales y a nivel del
mar contiene cerca de 21% de oxígeno, sin embargo para encender fuego se
requiere aire con apenas 16% de oxígeno para sostener una reacción que genera
fuego. Incluso algunos materiales contienen almacenado el oxígeno suficiente
para generar la reacción y producir fuego con su propia composición interna.
Finalmente el cuarto componente es la reacción en cadena misma que requiere la
presencia de los componentes anteriores para desarrollarse y que cierra la
interacción entre los componentes a través de la reacción química que se genera
para sostenerla.
Existen
básicamente cuatro (04) tipos de fuego clasificados internacionalmente de acuerdo
a la naturaleza del material que proporciona el sustento del fuego y que se
conocen como fuegos del tipo A, B, C o D. Los fuegos del tipo A están reservados
para identificar aquellos fuegos cuyo material es básicamente combustibles
sólidos que producen brasas, como el papel, cartón, maderas. Por su lado los
fuegos del tipo B son los que se producen a partir de materiales combustibles
líquidos como grasas, combustibles, aceites y otros similares. De igual forma
los fuegos tipo C corresponden a contingencias con materiales eléctricos energizados
como tableros eléctricos, motores, equipos eléctricos, etc. Finalmente se
encuentran los fuegos tipo D que corresponden a los fuegos con materiales
metálicos, metales y aleaciones.
De
igual forma existen básicamente cuatro (04) métodos de extinción de fuego conocidos
como sofocación, enfriamiento, remoción e inhibición. La sofocación se produce cuando
se corta el oxígeno desestabilizando la reacción con la perdida de uno de sus
componentes ante lo cual el fuego se extingue. El enfriamiento en cambio es un
método para reducir la temperatura controlando el calor con lo cual ante la
ausencia de calor el fuego se extingue. La remoción es el método que consiste
en retirar el componente combustible o inflamable que controla el incendio, el
cual, ante la ausencia del mismo se corta la reacción y por lo tanto, el fuego
se extingue. Finalmente encontramos la inhibición que es el método que ataca y
corta directamente la reacción química utilizando algún agente o bajo un medio
o condición determinada evitando la reacción que produce el fuego que
intentamos mantener bajo control.
En fin, esta es solo una
síntesis de los principales temas en relación a la seguridad contra-incendios
que debemos conocer como ingenieros para valorar el trabajo especializado que
las brigadas deben resolver y con la cual tenemos la obligación de contribuir
en la medida de nuestras capacidades, posibilidades y mandato apropiados en la
organización.
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