El
diseño de la red de monitoreo de calidad del agua para las operaciones mineras
debe contemplarse en las etapas más tempranas de la elaboración del Estudio de Impacto
Ambiental (EIA) siempre a partir de la investigación de calidad del agua
efectuada en la Línea Base (ELB) del proyecto minero. En ese contexto es
importante definir cómo es la calidad del agua antes de la llegada de las
operaciones mineras para establecer la ubicación exacta de los puntos testigo
aguas arriba y los puntos de monitoreo aguas abajo siempre enfocándose en la dirección
del flujo del agua de manera natural.
En
primer lugar el diseño requiere la determinación previa de la topografía detallada
del emplazamiento, la ubicación de las áreas de influencia directa e indirecta
y la ubicación del emplazamiento proyectado de las operaciones mineras incluyendo
la totalidad de sus componentes. Una vez determinada la ubicación en el emplazamiento
se deben verificar los cursos de agua existentes y superponerlos con los
componentes actuales y proyectados de la operación minera. Este primer paso
configura la estructura macro-geográfica inicial para determinar la futura red
de monitoreo ambiental de calidad del agua del proyecto minero.
En
segundo lugar se procede con la determinación de los puntos testigo aguas
arriba y los puntos de control aguas abajo de las operaciones mineras. Los
puntos testigo serán determinados en todos los flujos aguas arriba del
emplazamiento para verificar como es la calidad de agua antes de su paso por el
emplazamiento de las operaciones mineras. De igual forma los puntos de control servirán
para determinar cómo queda la calidad del agua después de su paso por el
emplazamiento de las operaciones mineras.
En
tercer lugar se proyectan los puntos de descarga que deben ser incorporados a
la red ya definida de puntos testigo y puntos de control y que son
principalmente la salida de las bocaminas luego de su respectivo sistema de
tratamiento, la salida de las aguas de proceso de planta donde sea aplicable
(algunas plantas están diseñadas para un proceso de circuito cerrado y recirculación),
la salida de las aguas residuales domésticas de campamentos, hoteles y oficinas
administrativas luego de su respectivo sistema de tratamiento además de
incorporar cualquier flujo de salida directa que pueda presentar cualquier componente
de las operaciones mineras.
En
cuarto lugar a partir del diseño previsto se establecen, identifican y rotulan
las estaciones de monitoreo que deberán ser aprobadas en el EIA del proyecto para
su debida operación formal. En ese caso es importante señalar que los puntos
que se evalúan en el cuerpo receptor deben ser comparados directamente con el Estándar
de Calidad de Agua (ECA) nacional aplicable mientras que las emisiones a la
salida de los sistemas de tratamiento de las operaciones del emplazamiento
deberán ser comparados con los Límite Máximo Permisibles (LMP) aplicables al
sector minero de cada país para su debida y apropiada comparación.
Finalmente
una vez establecida la red debe prepararse el plan de monitoreo que va a
efectuarse sobre la misma, indicando las estaciones, las frecuencias de
monitoreo, los referentes de comparación, la metodología de los muestreo, la
comparación de los resultados y la remisión de los informes correspondientes
tanto para las autoridades como para las comunidades y los analistas que deben
tomar decisiones a partir de la información colectada en los procesos regulares
de gestión ambiental.
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