En
el mercado laboral se denomina competencia profesional al conjunto de características
que debe tener la persona que desarrolla una actividad para generar un
desempeño exitoso en el puesto de trabajo. Este concepto requiere que la
persona cuente con ciertas cualidades, habilidades, actitudes, conocimientos,
información y experiencias que le permitan desarrollar su actividad en forma
apropiada.
Sin
embargo es necesario aclarar que siempre el desempeño profesional es una
consecuencia natural del desempeño personal mejorado, es decir que solo lograremos
obtener profesionales competentes a partir de personas competentes por lo que
la base de la competencia es la persona, y antes de ser profesional es un ser
humano que requiere adquirir y consolidar las competencias necesarias para el
correcto desarrollo de sus labores. Esa
es la clave del éxito profesional.
La
competencia profesional puede comprobarse analizando QUE DEBE, QUE SABE y QUE
PUEDE cada persona asignada a una labor o puesto de trabajo. Es decir la
acreditación de COMPETENCIA PROFESIONAL puede ser verificada si se confirma
apropiadamente que DEBE, SABE y PUEDE en forma simultánea. Este proceso implica
conocer con exactitud que se entiende por cada concepto en particular y lo que
cada concepto puede implicar en la práctica.
Garantizar
QUE DEBE implica que la persona que desarrolla la actividad o la tarea tiene la
debida autorización para efectuar específicamente la actividad, tarea, función
o responsabilidad encomendada bajo ciertas reglas, condiciones o procedimientos
a seguirse para actuar de manera efectiva y segura.
Garantizar
QUE SABE implica que la persona que desarrolla la actividad o la tarea tiene el
conocimiento teórico y práctico de los aspectos que componen el trabajo a
realizar bajo condiciones normales, anormales y de emergencia.
Garantizar
QUE PUEDE implica que la persona que desarrolla la actividad o tarea cuenta con
la capacidad y experiencia probada en trabajos de similar naturaleza y por lo
tanto puede desarrollarla sin mayor riesgo y de manera apropiada.
La
competencia profesional es independiente de la voluntad (QUE QUIERE), esto
quiere decir que el profesional puede ser muy COMPETENTE y NO QUERER o puede
ser muy INCOMPETENTE y QUERER, en ambos casos se presenta un riesgo no
tolerable que la organización debe evaluar para tomar medidas pues presenta el
escenario perfecto para la generación de accidentes en la organización.
Recuerden que si el profesional es INCOMPETENTE y NO QUIERE, así como si es
COMPETENTE Y QUIERE entonces en ambos casos no hay riesgo y por lo tanto la
actividad puede no realizarse o puede realizarse sin mayor riesgo bajo
condiciones controladas.
La
especificación de la competencia profesional requiere previamente la
especificación de que competencia requiere cada puesto de trabajo. Esto
requiere el análisis claro del perfil técnico del puesto, la documentación de
cada competencia específica y la elaboración de un breve diccionario de
competencias en los casos que la organización cuente con una multiplicidad de
puestos de trabajo interrelacionados. La especificación de competencias
requiere el apoyo de especialistas y profesionales experimentados en la labor
en estudio que permita una adecuada identificación y registro de las
competencia apropiadas para cada puesto de trabajo.
La
evaluación de competencias en los puestos de trabajo permitirá determinar las
competencias que el personal colaborador ha logrado superar satisfactoriamente
e identificar aquellas competencias deficientes en las cuales requiera
adquirirla totalmente o desarrollarla con mayor grado. En consecuencia, el
Diagnostico de Necesidades de Entrenamiento (DNE) es el análisis de la brecha
entre la competencia profesional especificada y la evaluación de competencia de
los puestos de trabajo, lo cual implica que la brecha analizada es justamente
la que debe ser programada en los Planes de Formación, Capacitación y
Entrenamiento que las organizaciones deben tener para ser competitivas.
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