La
minería es una actividad económica fundamental que actúa como motor del
desarrollo nacional y permite al Perú generar crecimiento logrando los fondos
necesarios para salir de la pobreza y avanzar en el desarrollo. Sin embargo
esta actividad solo tiene sustento técnico, ambiental y social si se basa en
una economía de escala con alta dosis de tecnología que le permita operar en
forma segura. Esto solo es posible en el caso de la mediana y la gran minería
formal. La pequeña minería en cualquiera de sus formas no tiene el sustento
razonable para ello.
En
ese contexto es increíble e irresponsable la manera como los gobiernos tratan
de promover populistamente las actividades de la pequeña minería, incluso se
forman instituciones y se obtienen fondos para la promoción de la formalización
de cientos de mineros artesanales que actualmente operan informalmente para
pasarlos a un régimen absolutamente proteccionista, con escasos o nulos
controles ambientales, grandes beneficios
tributarios y otras bondades que procuran poner a la pequeña minería como una
actividad con trasfondo de problema social que requiere la mayor atención. Nada
más erróneo e incorrecto.
La
pequeña minería formal o informal realmente no tiene sustento por las
siguientes razones:
- La pequeña minería formal o informal no cuenta por diseño con los fondos y recursos económicos, tecnológicos y humanos suficientes para garantizar la debida protección ambiental que toda operación minera requiere. Las inversiones en materia ambiental (línea base, monitoreo, encapsulamiento, aislamiento, recirculación de flujos, reciclaje de agua, etc.) tienen un elevado precio, requieren tecnología y dinero para desarrollarse que justamente la pequeña minería por su naturaleza empresarial de diseño no tiene.
- La pequeña minería formal o informal es la puerta falsa para que algunas inescrupulosas minas medianas se acomoden en zonas de difícil acceso social para evitarse las reglas y prácticas ambientalmente aceptables, abriendo nueva razón social y beneficiándose directamente de los beneficios tributarios y de la ausencia de controles del régimen especial de las pequeñas minas
- La pequeña minería formal o informal en la mayoría de los casos está vinculada directa o indirectamente a la existencia de plantas de beneficio que no tienen mina como las ubicadas en Piura y Nazca y que de manera cómplice el Ministerio ha aceptado como formales y que generan producción en base a los camiones de mineral que reciben sin ver (es decir sin saber de donde salieron, como fueron extraídos, si se respetaron las normas ambientales, si se cuidó la seguridad de los trabajadores, si se cumplieron las leyes laborales, etc.).
- La pequeña minería formal o informal es la causante reciente del mayor impacto ambiental en las regiones donde opera. Basta ver los ríos en Madre de Dios, las minas pequeñas e informales en Nazca o la sierra de Piura donde la nueva contaminación con relaves en quebradas o agua ácida drenando es aceptada en aras de resolver un problema social ante los ojos de todas las autoridades.
- La pequeña minería formal e informal ha generado corrupción y mafia en la extracción y transporte del mineral, el uso de mano de obra sin beneficios sociales, la existencia de mercados negros de explosivos y reactivos químicos, la corrupción de policías y la evasión de impuestos a la vista y paciencia de las autoridades ambientales y mineras.
Es
fácil para los políticos de turno y los mediocres funcionarios que operan para
ellos formalizar el desorden y pretender darle populistamente un sentido social
bajo la campana de “problema social” a la pequeña minería formal o informal
cuando la situación con respecto a su promoción es un verdadero desastre.
El
Perú es un país minero ancestral con tradición y experiencia minera siendo así
como de las casi 5000 minas existentes solo 1000 son formales donde
aproximadamente 20 pertenecen a la gran minería, 200 a la mediana minería y el
grueso 780 son consideradas pequeña minería formal (minas que legalmente
extraen entre 0 y 500 TMD) con procesos poco mecanizados, productividades muy
bajas, alto riesgo de seguridad minera para los trabajadores, condiciones de
salud y bienestar desastrosas así como un alto grado de corrupción de
funcionarios en los distintos niveles de la organización y el gobierno. La
pregunta es ¿Qué pasa con la minería informal? Hay casi 4000 minas informales.
¿Vamos a formalizarlas? ¿Cómo se controla y de desatan los enormes nudos de
corrupción locales que las sustentan? Son muchas preguntas que deben resolverse
tomando consciencia de la realidad minera nacional.
Lo
lógico es que el Perú promueva la artesanía de metales y la industria de la
joyería para exportación y consumo local siempre que esta actividad no base sus
precios en la compra a mineros informales en su cadena de abastecimiento. En
ese contexto la minería informal debe ser erradicada de raíz, todos saben donde
se encuentra, como opera, no entendemos porque con la tecnología de
localización existente no se erradica. ¿No será que hay grandes intereses al
igual que con la coca y el narcotráfico?, ¿Por qué no se da la decisión
política de erradicar la minería informal? ¿Qué intereses están ocultos en este
proyecto? Son preguntas que debemos hacernos si queremos enfrentar la verdad y
no ocultarnos en la ignorancia de las conveniencias.
La
única alternativa viable para la subsistencia correcta de algunos de los
actuales pequeños mineros formales (los informales deben desaparecer) consiste
en procurar asociarse o incorporarse como accionistas efectivos o propietarios
colectivos de un proyecto minero mediano o grande donde sea factible operarlo
técnica, ambiental y socialmente responsable. Esta es la única manera viable
para canalizar con fundamento los recursos económicos, tecnológicos y humanos
suficientes que la minería requiere para ser ambientalmente sustentable, operar
en forma segura y generar rentabilidad empresarial y social con el oportuno
pago de impuestos en beneficio de todos. Las actuales políticas y programas
sobre formalización de la minería ilegal y sobre la promoción de la pequeña
minería formal están equivocados y deben despertar a la realidad antes que sea
demasiado tarde.
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