La
innovación solo será posible si logramos desarrollar de manera sostenida
condiciones que la estimulen, promuevan, conecten y permitan su desarrollo en
todos los niveles de la esfera personal, social y empresarial. La innovación
requiere que la creatividad se ponga en acción para hacer cosas nuevas que
puedan tener un impacto comercial o utilitario exitoso de amplio beneficio para
todos.
Lograr
la innovación va a implicar esfuerzos para los cuales no necesariamente estamos
preparados. La pregunta que surge automáticamente es: ¿estamos realmente
preparados para la innovación?. Lamentablemente la innovación no puede ser
sostenida si solamente esperamos que se logre de milagro por un chispazo de
abundancia intelectual aplicada o si esperamos
que de la nada aparezca una innovación radical producto de alguna
genialidad particular como la historia nos muestra. Al contrario la innovación
no aparece sino que debemos buscarla y ello requiere actitudes y competencias para
las cuales no necesariamente estamos preparados.
Las
personas piensan erróneamente que la innovación va a surgir de la nada, se
presenta sola o es producto de algún evento genial de inspiración cuando
alguien desarrolla algo que puede ser de utilidad. Nada más lejano de la
realidad, pues la innovación se da casi siempre por un esfuerzo que combina un 99%
de trabajo y 1 % de inspiración y genialidad que traduce en cambios concretos
sobre la realidad el llamado chispazo intelectual. La historia nos demuestra que
si queremos desarrollar innovación de manera sostenida requerimos trabajar en
un sistema que sea capaz de producir innovación de manera articulada permanente
y sostenida en el tiempo a partir de la adición de pequeños procesos de innovación
incremental generando los espacios para lograr innovaciones radicales cuando
las condiciones son propicias para su desarrollo.
En
ese contexto, si revisamos cómo funciona el proceso de innovación,
descubriremos que la innovación tiene un motor principal y una poderosa razón de
ser en la necesidad. Es exactamente la necesidad la que mueve a nuestra especie
a hacer los cambios. Sin embargo es extraño como pretendemos que la persona que
innova sea la misma que tiene la necesidad, la misma que se imagina el problema,
la misma que idea la solución y la misma que intenta resolverla o desarrolla
los mecanismos para superarla creando en el camino nuevos productos, nuevos
servicios y nuevas experiencias. En el extremo del colmo incluso pretendemos
que sea la misma que tenga la capacidad para comercializarla hasta alcanzar el denominado
éxito comercial que califica si la innovación es o no valiosa para las partes
interesadas. Pretendemos todo ello sin darnos cuenta que la clave es la
conectividad y la conexión de equipos de personas que puedan aportar cada
componente de manera que pueda articularse una nueva solución ante la presencia
de un integrador competente que tenga la capacidad de combinar recursos para
innovar.
Es
difícil tener articulada la idea completa pues no hay una formula definida para
la innovación. Incluso es discutible si existe un modelo para la innovación
(los modelos del mercado suponen que la innovación es modelable como los
modelos lineales Push de empuje de la tecnología, los modelos Pull de tracción
de la demanda o los modelos combinados no lineales como el de Kline u otros más modernos, pero ¿realmente
existe un modelo para innovar? O solo es una buena aproximación teórica que
intenta reflejar la realidad en un modelo estudiable académicamente hablando) por
lo que solo podemos lograr una aproximación concreta a lo necesario para
lograrla. Este esfuerzo requiere lograr las condiciones que permitan y
faciliten la innovación, a la vez de conectar a las personas apropiadas que
combinen las características antes descritas (usuarios que tengan las
necesidades, personas creativas para diseñar soluciones, técnicos que puedan implementarlas
con fundamento y empresarios que puedan comercializarlas con éxito). Es una
combinación virtuosa que exige un matrimonio necesario y urgente entre sociedad, universidad y
empresa que aún no se logra consolidar en la práctica y que requiere de esfuerzos
para desarrollarse de manera apropiada, efectiva, productiva y rentable con
gran beneficio para todos.
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