viernes, 17 de mayo de 2013

Trasparencia y valores empresariales


Las condiciones cambiantes del mercado, los cambios en la manera de hacer negocio, la búsqueda de nuevos socios para relaciones de largo plazo, los nuevos escenarios de contexto, las nuevas reglas de gobierno corporativo, la experiencia empresarial con el cliente, la cultura de valores en la empresa y la ética personal y profesional de los colaboradores se combinan y coexisten en la necesidad global de una mayor transparencia y mejores controles al acceso a información privilegiada de los ejecutivos en las organizaciones empresariales.

A lo largo de la historia podemos recordar los grandes fraudes empresariales generados a partir de conductas anti-éticas que originaron etapas de amplia crisis económica y corporativa a nivel global donde algunos ejecutivos obtuvieron efímeramente astronómicos ingresos de corto plazo a partir de la información privilegiada de las compañías que administraron haciéndose ricos mientras sus corporaciones quebraban. Este proceso presenta como consecuencia el cierre de agencias, empresas y la persecución de ejecutivos para aplicarles sanciones civiles y penales algunas de las cuales aún están por resolverse a pesar del tiempo transcurrido.

Como se sabe, los ejecutivos de las empresas tienen acceso a información técnica interna de las mismas que el mercado no necesariamente conoce y que no es del dominio público en lo que se denomina “información privilegiada”, la misma que si es utilizada en forma incorrecta o malintencionada puede beneficiar directa o indirectamente a ciertos individuos o grupos de individuos en perjuicio de otros. Es por ello que se requiere que los ejecutivos de las organizaciones puedan actuar en forma ética y desempeñen sus actividades con la mayor transparencia posible.

La transparencia en el acceso y el buen uso de la información se vuelven críticos en la gestión tanto para mostrar los anuncios de mercado a nivel de posibles nuevos proyectos, cambios, modificaciones o logros alcanzados en la compañía, cuanto para proveer al regulador y al mercado de información correcta, veraz y verificable de manera efectiva. El proceso es simple, se requiere transparentar las cuentas con información contable auditada a disposición del público que lo requiera, comunicados de prensa y anuncios de mercado para inversionistas potenciales con el debido sustento y respaldo demostrable.

El problema de fondo sigue siendo un problema de valores. Los valores están cada vez más escasos y las reglas morales de dominio personal y profesional se ven cada vez más relajadas en los actuales ejecutivos. Es necesario un “shock de valores” que retome las raíces de la cultura del valor personal que logre formación profesional a partir de la formación personal y familiar de los nuevos ejecutivos ya que el trabajo como siempre empieza por casa. Solo buenas personas podrán dar origen a buenos profesionales con valores que puedan guiar la excelencia empresarial para lograr una mayor competitividad en las organizaciones.

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