Aunque
no lo crean, aún no finaliza el año 2014 y la transformación ya se veía venir, esta es una prueba de como nuevamente la tecnología
puede transformar el mundo. La posibilidad de extraer petróleo sintético y gas combustible
a partir de la roca de esquisto bituminoso de manera comercial es hoy una realidad
que brinda automáticamente la independencia energética a la economía
norteamericana que es sin duda la más poderosa del planeta y a la vez
transforma el mercado mundial de combustibles generando un punto de quiebre
hacia el futuro donde economías trasnochadas y fundamentalistas productoras de petróleo
dejan de ser un monopolio y se convierten en tristes expectantes de un precio
de crudo que se derrumba ante sus ojos sin que puedan hacer nada para evitarlo.
Esta
evolución ha permitido que los Estados Unidos de América reduzcan drásticamente
su importación de petróleo convencional, cancelen sus órdenes de compra en curso y basen
ahora su consumo en una producción creciente de Shale Oil que permitirá convertirlos
en exportadores naturales para el mercado mundial, pero aún más importante, la tecnología
ya probada que permite hacer comercial el combustible de la roca de esquisto a
partir de procesos sencillos de pirólisis, hidrogenación y purificación
permiten procesar esta nueva materia prima para abastecer las refinerías norteamericanas
a precios competitivos lo cual es ahora imitado en países como China que ya
cuentan con avanzados programas piloto que permitirán una producción sostenida
de Shale Oil a nivel mundial eliminando para siempre la dependencia energética que
se tiene sobre los actuales productores de petróleo del mundo ocasionando como consecuencia
de oferta y demanda un verdadero e irreversible terremoto de precios en el barril
de crudo.
La
reflexión hacia la competitividad es una receta que se repite en la historia y
es que las materias primas nos permiten una única y temporal oportunidad de
desarrollo que no debemos desaprovechar como en su momento fue el petróleo para
los Estados Unidos o el carbón para Inglaterra que fueron las verdaderas
palancas para el desarrollo de la industria sobre la base de la infraestructura
generando progreso y bienestar nacional cuyos frutos han permitido la educación,
la ciencia y la tecnología para su desarrollo. En el Perú sucedió al revés en
el pasado con el caucho, el guano, el salitre y similares que no generaron una
oportunidad para convertirse en palancas de desarrollo y solo pasaron sin dejar
progreso y bienestar gracias a la acción de las vulgares clases políticas mediocres
sin visión de nación que nos han gobernado. Hoy día sucede de igual forma con la
minería metálica con el oro, la plata, el cobre, el zinc, el estaño y el fierro
que son la verdadera oportunidad para generar infraestructura, industria
competitiva, progreso y bienestar que reduce la pobreza y genera riqueza para
todos en una oportunidad que no puede desaprovecharse, no vaya a ser que pronto
la tecnología genere sustitutos perfectos que transformen el mercado mundial y de
la noche a la mañana la oportunidad se haya pasado sin generar un cambio
positivo para el país. En lugar de discutir en clubes y conferencias ambientales
sin sentido por temas que no están probados sobre la necesidad de fondos para los
ambientalistas debería más bien generarse oportunidades reales y espacios de
competitividad basados en infraestructura para generar empleo, tecnología y
recursos que eliminen la pobreza y alimenten la educación de nuestro capital
humano mientras tenemos la oportunidad de hacerlo. Es un reto que debemos
superar para no repetir los errores del pasado. Más tecnología menos
dependencia.
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