domingo, 14 de diciembre de 2014

Shale Oil y el cambio en mercado mundial de combustibles



Aunque no lo crean, aún no finaliza el año 2014 y la transformación ya se veía venir, esta es una prueba de como nuevamente la tecnología puede transformar el mundo. La posibilidad de extraer petróleo sintético y gas combustible a partir de la roca de esquisto bituminoso de manera comercial es hoy una realidad que brinda automáticamente la independencia energética a la economía norteamericana que es sin duda la más poderosa del planeta y a la vez transforma el mercado mundial de combustibles generando un punto de quiebre hacia el futuro donde economías trasnochadas y fundamentalistas productoras de petróleo dejan de ser un monopolio y se convierten en tristes expectantes de un precio de crudo que se derrumba ante sus ojos sin que puedan hacer nada para evitarlo.

Esta evolución ha permitido que los Estados Unidos de América reduzcan drásticamente su importación de petróleo convencional, cancelen sus órdenes de compra en curso y basen ahora su consumo en una producción creciente de Shale Oil que permitirá convertirlos en exportadores naturales para el mercado mundial, pero aún más importante, la tecnología ya probada que permite hacer comercial el combustible de la roca de esquisto a partir de procesos sencillos de pirólisis, hidrogenación y purificación permiten procesar esta nueva materia prima para abastecer las refinerías norteamericanas a precios competitivos lo cual es ahora imitado en países como China que ya cuentan con avanzados programas piloto que permitirán una producción sostenida de Shale Oil a nivel mundial eliminando para siempre la dependencia energética que se tiene sobre los actuales productores de petróleo del mundo ocasionando como consecuencia de oferta y demanda un verdadero e irreversible terremoto de precios en el barril de crudo.

La reflexión hacia la competitividad es una receta que se repite en la historia y es que las materias primas nos permiten una única y temporal oportunidad de desarrollo que no debemos desaprovechar como en su momento fue el petróleo para los Estados Unidos o el carbón para Inglaterra que fueron las verdaderas palancas para el desarrollo de la industria sobre la base de la infraestructura generando progreso y bienestar nacional cuyos frutos han permitido la educación, la ciencia y la tecnología para su desarrollo. En el Perú sucedió al revés en el pasado con el caucho, el guano, el salitre y similares que no generaron una oportunidad para convertirse en palancas de desarrollo y solo pasaron sin dejar progreso y bienestar gracias a la acción de las vulgares clases políticas mediocres sin visión de nación que nos han gobernado. Hoy día sucede de igual forma con la minería metálica con el oro, la plata, el cobre, el zinc, el estaño y el fierro que son la verdadera oportunidad para generar infraestructura, industria competitiva, progreso y bienestar que reduce la pobreza y genera riqueza para todos en una oportunidad que no puede desaprovecharse, no vaya a ser que pronto la tecnología genere sustitutos perfectos que transformen el mercado mundial y de la noche a la mañana la oportunidad se haya pasado sin generar un cambio positivo para el país. En lugar de discutir en clubes y conferencias ambientales sin sentido por temas que no están probados sobre la necesidad de fondos para los ambientalistas debería más bien generarse oportunidades reales y espacios de competitividad basados en infraestructura para generar empleo, tecnología y recursos que eliminen la pobreza y alimenten la educación de nuestro capital humano mientras tenemos la oportunidad de hacerlo. Es un reto que debemos superar para no repetir los errores del pasado. Más tecnología menos dependencia.

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