Cada vez es más claro como el delicado
sistema económico mundial de inicios del siglo XXI se presenta en continuo
cambio, transformación y evolución en los distintos mercados del planeta. El
impacto de la crisis económica y financiera del 2008 ha originado cambios en
las operaciones, la presencia de nuevos actores, el reciclaje de viejos y
conocidos modelos de negocio, nuevas formas de asociación empresarial, nuevas
fusiones, adquisiciones, rescates y reestructuraciones financieras hasta el
extremo de lograr un contexto económico internacional en el cual el mercado se
ve inyectado e inflado con la emisión de salvataje de miles de millones de dólares
a partir de los bancos centrales con la FED a la cabeza que buscan nivelar y
superar los problemas en la medida que la producción y el mercado de las
economías más poderosas del mundo en América, Europa y Asia puedan absorber en
el corto plazo sin generar una aparente inflación que deba preocuparnos.
El problema es que estas
emisiones indiscriminadas no duran para siempre y no se puede seguir inyectando
desde los bancos centrales paquetes de rescate a las economías emitiendo
billetes que no tienen respaldo real sin generar una inflación latente que
tiene que reventar y corregirse por su propio peso en algún momento del tiempo.
En realidad si la cantidad de dinero presente que ha inundado el mercado por
las enormes inyecciones de efectivo tuviera respaldo en oro, el precio de la
onza tendría que superar los 15mil dólares por onza para ser consistentes con la
realidad de la masa monetaria presente para este 2014. Esto no ocurre en la
realidad, por lo tanto lo que tenemos es una onza de oro a 1250 dólares que
constituye la cruda realidad de mercado en el contexto económico coyuntural de
una enorme cantidad de dinero en el mercado que se convierte en papel sin
sustento real.
En este contexto suceden
fenómenos curiosos, por ejemplo la demanda de oro se muestra sostenidamente creciente en particular por los
consumos de China e India, en el primer caso la demanda ha crecido notoriamente
principalmente en forma de concentrados de oro que son refinados en China en un
contexto donde China compra a Irán petróleo con oro y no con dólares porque
simplemente Irán no acepta dólares. En el caso de la India la demanda también
ha crecido aunque el contexto es un poco diferente pues hay un uso casi masivo
del oro como joya en las personas por un tema cultural como obsequios, regalos,
adorno o legado de inversión de alto aprecio entre la población común y dado
que la India tiene un crecimiento descomunal lo más probable es que la demanda
siga aumentando a pesar que ya existe impuestos sobre el oro de manera personal
en India. A esto hay que sumar que cada onza producida en el mercado está
prácticamente vendida incluso antes de su producción y la demanda de todos los
bancos centrales de países ricos ha crecido en la medida de sus posibilidades
en su compra sostenida de oro sólido para sus arcas. Esto nos da una ecuación sostenidamente
creciente en la demanda de oro en un contexto donde la oferta de oro es cada
vez menor porque la producción de las minas en el mundo ha decrecido por
diversos factores y porque cada vez es más difícil sacar adelante un proyecto
de producción de oro al mercado sea por factores sociales, ambientales,
legales, políticos o regulatorios. El hecho concreto es que ante una oferta
decreciente de oro y una sostenida demanda creciente del metal precioso en un
contexto donde el dólar no tiene sustento real y esta inflado, en ese contexto
el valor del oro solo puede crecer en el largo plazo corrigiendo la actual
distorsión donde el oro esta aguantado artificialmente en el corto plazo.
El valor meta del oro para
mediano plazo deberá superar los 5Mil dólares la onza con comodidad y prospectivamente
los 15Mil dólares la onza hacia el largo plazo si se respalda la actual emisión
de dólares en sustento de oro como responsablemente debe ser para volverse
consistente, esto obliga a una corrección en los mercados donde actualmente el
oro está valuado en 1250 dólares la onza siendo un precio irreal que será
indudablemente corregido con el tiempo. El problema real consiste en determinar
el momento y la duración de la corrección así como estimar los efectos de la
misma para los distintos actores económicos vinculados al oro. Mientras tanto,
con un oro de bajo precio como el actual a 1240 dólares la onza, solo queda
comprar metal o adquirir activos como inversión de largo plazo pues las
oportunidades no duran para siempre.
El otro fenómeno interesante de
analizar es el enorme crecimiento del precio del barril de petróleo que ha
llegado a límites astronómicos superando los 100 dólares por barril a partir de
un juego de oferta y demanda donde los países árabes, el oriente medio y
Venezuela juegan un papel importante sustentado en un precio del petróleo
definido por condiciones vinculadas a la estricta oferta y la demanda del
mercado. Sin embargo el sueño del petróleo de los productores actuales y de los
especuladores de crudo real o en papel no va a durar para siempre, primero
porque la búsqueda de energías limpias ha logrado desarrollar combustibles
alternativos y segundo porque ya se ha logrado la tecnología para convertir gas
natural en gasolinas convencionales de manera segura, eficiente y barata, con
lo cual las reservas mundiales de gas principalmente de América, Asia y Europa
se volverían un nuevo eje principal en el mundo que desplazaría en forma casi
inmediata a los actuales productores de petróleo convencional generando como
consecuencia que el barril de petróleo baje por un ascensor en caída hasta
valores menores que no podrían superar los 20 dólares por barril en el largo
plazo, una verdadera transformación que representa una dura realidad para los
inversionistas sofisticados y para los especuladores del petróleo.
Como podemos apreciar en un contexto como el actual a
inicios del 2014 donde la frágil economía mundial es electrónica y de papel de
manera masiva con un exceso de miles de millones de dólares sin sustento en el
mercado y donde en países emergentes como el nuestro donde subsiste una gran
esfera de economía informal fuera del sistema que nueve grandes cantidades de
efectivo fuera del sistema económico de mercados formales, solo resta
refugiarse inteligentemente con la toma de activos con fundamento y valor de
respaldo real. La realidad no puede ser superada por la ficción que nos muestra
un mundo burbuja que puede desaparecer en el momento menos previsto para los
actores económicos de un mercado internacional tan vulnerable como el nuestro.
mschwarz@bygsac.com
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