La
industria minera es por su naturaleza altamente especializada con una creciente
dosis de tecnología y mecanización en sus actividades operacionales que utiliza
personal calificado para el desarrollo de sus tareas y que requiere asegurar
condiciones de riesgo razonables para sus trabajadores y contratistas en la
labor de operación y como consecuencia de la misma. En ese contexto la
seguridad minera ha identificado claramente actos y condiciones inseguras que deben
ser revisadas en las operaciones de manera que podamos reducir los niveles de
riesgo a los cuales se exponen los trabajadores de la empresa.
Como
sabemos un acto inseguro es la
violación de un procedimiento de seguridad preestablecido como pueden ser
operar sin autorización, desactivar los dispositivos de seguridad, no usar
equipos de protección personal, uso de herramientas inadecuadas, no llamar la atención
o asegurar, iniciar tareas sin conocer los procedimientos y métodos, realizar
tareas sin la debida calificación, etc.
De
igual forma una condición insegura
es una condición que se encuentra fuera de los estándares permitidos en la
organización como pueden ser congestión y acumulación de materiales, cableados y
conexiones eléctricas expuestas o en mal estado, espacios confinados con acumulación
de gases, pisos, rampas, rutas y accesos en mal estado, andamios y escaleras en
precarias condiciones, equipos sin anclajes, bodegas sobrecargadas o con
materiales no compatibles, etc.
La
gestión de actos y condiciones inseguras siempre debe enfocarse en el entrenamiento
del personal de las operaciones para asegurar que como regla general los actos
y condiciones inseguras sean reportados en los sistemas de gestión de las
organizaciones para asegurar su correcta identificación, análisis,
determinación de causas y toma de acciones preventivas y correctivas sobre la
causa de las mismas para prevenir y/o evitar su ocurrencia en el futuro.
En
forma complementaria las condiciones inseguras de la mina deben ser materia de
inspección periódica por parte de la supervisión de la empresa minera de manera
que pueda detectarse cualquier desviación en las áreas de operación con la
finalidad de corregir las deficiencias en forma permanente. La supervisión actúa
siempre como aseguramiento de segundo orden frente al control operacional que ejerce
la fuerza laboral de primer orden sobre las tareas críticas que les permite
controlar la seguridad de las operaciones conforme estas se van desarrollando
en el campo. Estas consideraciones son
en extremo importantes para el desarrollo de los planes y programas de entrenamiento
en seguridad con fine a lograr administrar niveles de riesgo razonables.