La crisis del Covid 2019 fue el mecanismo y el desastre perfecto para iniciar este feroz enfrentamiento del cual aún no salimos. Primero vino el confinamiento mundial frente a la amenaza global del Covid 19, esto rompió rápidamente todas las cadenas de suministro, luego se generó un mercado buitre de laboratorios en la carrera por la vacuna y la reconfiguración sanitaria de respuesta a la emergencia, en el camino todos trasladaron las oficinas a las casas acelerando la adopción virtual (lo cual disparo las acciones tecnológicas hasta valores ridículamente elevados), luego las economías empezaron a adecuarse a la nueva realidad que el Covid imponía. Como consecuencia de ello los gobiernos no tuvieron mejor idea que aumentar el déficit fiscal y endeudarse hasta las nubes emitiendo bonos a 100 años y poniendo a funcionar la maquinita de impresión de billetes desde los bancos centrales acumulando deuda pública en sus balances y generando fondos a los gobiernos para el despilfarro de recursos incluyendo cheques de estímulo y similares para enfrentar el caos sanitario en el que se encontraban. Una fiesta de impresión de dinero a cuenta del futuro para que la factura sea pagada por las siguientes generaciones.
Luego vino la segunda parte de la reconfiguración: la invasión rusa de Ucrania. La respuesta de occidente fue decretar sanciones economicas a Rusia (como si Rusia no fuera esencialmente europea). Las sanciones no sólo no funcionaron, no fueron efectivas sino que fortalecieron al rublo. Rusia era ya el principal proveedor energético de Europa y 80% de las materias primas rusas se movian a través de brokers Suizos (siempre neutrales sino recuerden la 2da guerra mundial) y Rusia cobraba en rublos si querían comprarles combustible con lo cual al final las sanciones lo único que hicieron fue acelerar la reconfiguración rusa para enfocarse en China, India, Asia y el norte de Africa. Se les corto el SWIFT y usaron BRICS sin problemas, las sanciones no funcionaron y abrieron la puerta esperada para reconfigurar el bloque. Como acto seguido Rusia ya fortalecida y luego China (principal tenedor de bonos del tesoro americanos) se puso en corto en bonos e inició la guerra por romper la hegemonía global del dólar como moneda de reserva mundial. Rusia y China empezaron un agresivo programa de Inversiones en África, América Latina, India y mercados emergentes para desarrollar infraestructura a cambio de materias primas baratas para su sustento futuro. Estas inversiones sería pagadas con los dólares que acumularon durante la industrialización de la deslocalización de plantas americanss y en fortalecimiento del producto chino colocado al mundo de la década pasada. Con eso China y Rusia se desprendieron del dólar adquirido y cambiron papel fiat inútil haciendo infraestructura en estos mercados para cobrarla con oro y materias primas baratas para el futuro.
Finalmente el 2022 llegó la corrección y el momento de pagar la factura. Para entoces la inflación real ya es de 2 dígitos (15-25%) en las calles siendo la inflación real muchisimo mayor que la inflación oficial de 8-10% que los gobiernos publican o duramente reconocen. Entonces la respuesta de los bancos centrales es la típica del manual de banca básica (subir las tasas de interés) para enfriar la economía (recuerden que veníamos de una fiesta de tasas 0 o realmente negativas pues si descontamos la inflación en realidad el dinero estaba a tasas negativas o la plata era esencialmente gratis) con lo cual el crédito se encareció, el valor de las empresas se corrige (al tener tasas de descuento más altas el valor presente de los flujos de caja futuros se reduce y la empresa vale menos) la economía se enfría y la inflación se ataca de frente. Eso funcionaria sostenidamente subiendo tasas si a la vez reduces responsablemente el déficit fiscal y haces el ajuste pero como sabemos los políticos no hacen ni tienen ningún incentivo para hacer eso mucho menos si tienen elecciones a vista con populismo contenido para derrochar. De manera que la subida de tasa sin ajuste fiscal es una doble moral que sólo transfiere el costo de control inflacionario al privado dejando al político libre en plaza para seguir con la fiesta. En el camino al subir las tasas se quiebra el mercado de bonos (toda vez que los bonos basura se evidencian), se desapalancan las inversiones a riesgo de margin call (incluido ingenuos e ilusos fondos de pensiones a los cuales además habrá que rescatar) y se quiebran los mercados financieros y las bolsas de valores generando una corrección significativa que aún no termina. Si bien no por la magnitud más bien por la esencia de la estructura y forma la crisis del 2022 se parece más a la crisis de 1929 que a la crisis del 2008. Esto aún no termina, ahora viene la batalla por los microprocesadores, los chips hoy escasos y Taiwan en el medio frente al nuevo sarpazo que China pronto pretender dar. Es increíble pero hay guerras en espera dentro de esta gigantesca guerra financiera global. China tendría las ganas pero aún no sabemos si tendrá realmente la capacidad. Es decir China no contó con que el confinamiento al que sometieron al mundo también los afectaba internamente y de manera significativa porque el ciudadano chino ya se había convertido en capitalista y encerrarlos con nuevos covids no era buena idea. Es un resorte que genera protestas internas y puede explotarles en la cara. No se sabe si realmente podrán contenerlos. A esto se suma que aún si se reactivan su problema del futuro es sostenerse en un mercado donde la India ya los superó en población y natalidad con población joven que en China ya no hay. El futuro global ahora será la India donde surge el nuevo foco de la innovación comercial, operacional, logística, financiera y tecnológica del mundo. Un bloque nuevo que aún no despierta y que no fue parte de la ecuación de reconfiguracion anti-USA de Rusia y China.
En fin, como toda crisis está del 2022 que parece interminable, tampoco es para siempre y los mercados luego del golpe se reactivarán y volverán tiempos mejores para las hoy golpeadas carteras de inversión. Estas crisis también fueron una oportunidad para adquirir activos con fundamento y con flujos que el mercado ha golpeado salvajemente, sirvió para ponerse financieramente fitness ante la adversidad y darle un nuevo valor a los activos y en general a las cosas y personas que nos rodean. El problema es que los ciclos de bonanza y crisis siempre se repiten una y otra vez y siempre nos da la sensación que no aprendemos o que más bien olvidamos rápido. Algo muy humano que nos debe hacer reflexionar para poder aprender. Esta en nuestra esencia generar esta singularidad anti entropica que debe iluminar ahora nuestra visión para aprender de la historia. Ojalá podamos.
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