Una burbuja financiera es una anormalidad artificial perversa del
mercado que se configura sobre la base de la manipulación extrema de un activo
hasta el punto que su precio no guarda sustento respecto a su valor fundamental
y cuando se evidencia esta discrepancia, la reacción del mercado provoca su
acelerado desplome generando una crisis que impacta en todo el sistema
financiero.
El proceso de formación de una burbuja financiera se inicia con un
coyuntural y espontaneo incremento de precios del activo en un
relativo corto período de tiempo (esto distancia el precio de mercado del valor
real del activo) que genera el efecto inmediato de atraer nuevos inversionistas
provocando una compra masiva que acelera el crecimiento del precio del activo
por presión de la demanda. En un segundo momento se pasa por un proceso
de apalancamiento, donde el activo se vuelve tan atractivo que incluso se
generan derivados sintéticos o contratos derivados a partir del activo que
empiezan poco a poco a tranzarse en el mercado (este es el principal
indicador de que algo está pasando y el análisis de riesgo que debe observarse
para revisar el fundamento del activo debe ser más fino). Esto acelera el
crecimiento del precio hasta la estratosfera. Luego llegamos a un tercer
momento denominado de incertidumbre donde el mercado no conoce
realmente que está pasando y los rumores son muy fuertes hasta llegar a un cuarto
momento donde el mercado toma consciencia del irreal precio del
activo y se inicia un punto de inflexión que genera la primera venta
en una alocada carrera por deshacerse del activo (venta masiva), que lo que
logra es finalmente un desplome en el valor del activo hasta el punto literal
de pulverización del valor del activo. Este momento final sucede
normalmente en medio del pánico de los inversionistas con una consecuente
fuerte resonancia en el sistema financiero.
Las burbujas financieras más dramáticas y famosas de la historia
corresponden a la crisis de los tulipanes (siglo XVII), la compañía de los
mares del sur (siglo XVIII), la gran crisis o gran depresión de Wall
Street (1929), la burbuja de las punto com (1997-2000) y más recientemente, la
crisis inmobiliaria o burbuja de las hipotecas subprime (2008). Si se reconoce
la configuración de alguna de estas secuenciadas etapas en el desempeño inicial
o maduro de algún activo financiero entonces podremos decir que estamos frente
a una potencial burbuja financiera de la cual tenemos que protegernos y tomar
distancia en forma apropiada.
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